Rehabilitación de un piso de 62 m2 en Barcelona en una vivienda-estudio para una pareja. La premisa es conservar la característica pasante de la vivienda en el sentido más amplio de la palabra. Esto quiere decir, que la experiencia de la transversalidad, de ir de un lado a otro, de mirar a un lado y al otro, lo puedan tener no solo los usuarios propios de la vivienda sino también los visitantes. Por eso se decide articular el espacio público interior de la vivienda (sala de estar-comedor-cocina-galería), en el recorrido de un lado a otro.
El proyecto dialoga con lo que existe y lo pone en valor, mezclándose, abrazando, superponiéndose y descubriendo. Materiales que llevaban más de 100 años y que seguirán por muchos más.